martes, 20 de noviembre de 2012

Los abulenses votantes del PP: prohibido quejarse


Interesante declaración de Agustín González en los Juzgados de Madrid, hoy mismo, como imputado en el caso Bankia. La noticia ha salido en la televisión de Castilla León y no tiene desperdicio. El susodicho ha manifestado ante el Juez que él es un maestro de escuela, y que no sabe nada de finanzas. Es curioso que este personaje  haya dirigido una entidad como Caja de Ávila durante años, que sea el principal responsable de haberla arruinado (junto con otros mangantes), y que ahora tenga la desfachatez de decir que no sabe nada de asuntos financieros. Pero sí que ha tenido los suficientes conocimientos de economía para cobrar una pasta gansa todos los meses y engordar su cuenta bancaria personal con 214.000  euros en 2011. Cómo es posible que un Juez permita una burla semejante en su cara. Esto ya es reírse con absoluto descaro y alevosía de la Justicia, y de toda la sociedad, por supuesto. Esto es terrorismo económico, y tenía que ser perseguido igual que el terrorismo de ETA.

Si este indeseable no tenía ni idea de cómo gestionar una entidad bancaria como Caja de Ávila, ¿cómo se puede explicar entonces su nombramiento y que aceptara un cargo para el que no estaba capacitado, según él mismo ha reconocido? ¿Quiénes son los otros responsables de un despropósito de tamañas dimensiones? 

¿Es que esta gente no va a pagar nunca por las fechorías que ha cometido...? Aquí  unos viven al amparo de la impunidad. Y otros, los que no somos culpables de nada, es decir los de de siempre, sí debemos acatar las Leyes a rajatabla, exponiéndonos a las consecuencias en caso de incumplirlas, teniendo incluso que poner dinero de nuestros bolsillos para rescatar las entidades financieras que esta banda de ladrones ha saqueado y esquilmado a manos llenas. 

Como Agustín González, el campechano maestro de Barco de Ávila, ocupó ese cargo en la Caja a propuesta del PP, son los votantes de este partido los responsables, en última instancia, de estos hechos: que ahora no se escandalicen .
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