REFLEXIONES
“Una mentira mil veces repetida
acaba convirtiéndose en verdad no discutida". Lo peor de la frase de
Goebbels no es su vileza, sino que es verdad. Y esto es lo que lo que ocurrió
en Piedralaves el pasado 12 de febrero: la infamia, el insulto y
desconocimiento, más unas dosis de imprudencia e irreflexión, convirtieron unas
adulteradas declaraciones en una enorme patraña dirigida hacia sectores
concretos de la población, que no gustamos porque decimos lo que pensamos y
hacemos lo que debemos.
Han sido indecentes, ética y políticamente inmorales las
declaraciones de la alcaldesa del día 14 de febrero a El Diario de Ávila,
acusando a Izquierda Unida de ser los instigadores del supuesto sabotaje del I
Raid Villa de Piedralaves, ¿instigadores de qué?
Es inmoral, porque un organismo público con su máximo
representante a la cabeza, no debería poder permitirse que ciertos
acaloramientos se traduzcan en acusaciones en los medios de comunicación o en
exaltados discursos públicos aprovechando los micrófonos de las fiestas, y
mucho menos, si estas acusaciones están basadas en rumores sin fundamento.
Es indecoroso, porque a estas alturas y con 17 años de
experiencia política, no sólo como representante de nuestro ayuntamiento
sino también provincial y regional, no
debería seguir dejándose arrastrar por la arrogancia.
Es inoportuno, porque en su reciente toma de posesión se
declaró “alcaldesa de todos y todas las ciudadanas”, sin embargo con sus
declaraciones pone en evidencia que un sector de la población no gustamos, no
somos bien vistos y hemos de ser, por lo tanto los perjudicados en su
hostigamiento.
Es abusivo, porque el Ayuntamiento de Piedralaves, ha dado
la callada por respuesta durante todo este tiempo, a pesar de que este grupo
político, le hemos solicitado, hasta tres veces toda la documentación del Raid,
sin que hayamos tenido respuesta oficial (ni siquiera para negarnos la
información). Ocultación, disimulo y falta de sentido democrático sí que ha
demostrado nuestro Ayuntamiento, que antepone caprichos personales al interés
general del pueblo, y por lo tanto a la mayoría de ciudadanos de Piedralaves.
Es deshonesto porque no hay pruebas, ni denuncias, nada más
que habladurías y chismorreos que interesa avivar para deslegitimar la
autoridad que nuestros votantes nos han dado, y tratar de desprestigiar, así,
un trabajo bien hecho.
En IU hemos conseguido, por primera vez en mucho tiempo,
poner a Piedralaves en Valladolid; desde un pequeño pueblo hemos alcanzado las
Cortes a través de nuestro procurador regional, confirmándonos así, como una
oposición real. Este y no otro ha sido nuestro delito: poner en evidencia las
maquinaciones de la derecha que nos gobierna, las irregularidades de una
autorización que no han querido enseñarnos, decir en alto que no queremos que
en nuestro pueblo se gobierne desde el ocultismo y trasladar nuestra queja
hasta lo más alto para resaltar un trabajo mal hecho.
Pero nuestra labor burocrática ha dado su fruto: la
autorización enviada por la Delegación Territorial al Motoclub +C=+A dice
textualmente: “Los participantes realizarán una conducción moderada, evitando
acelerones y derrapes al circular por caminos y pistas, limitando la velocidad
a 40 km/h.” Esta obligación prohibía la carrera tal y cómo había sido concebida
y la relegaba a un simple paseo; es más esta condición ¿convierte al raid en un
fraude y al Ayuntamiento en su colaborador? ¿Fue cierto el sabotaje o se nos
utilizó como pretexto para no devolver los 145 € a los participantes? ¿Sabía el
Ayuntamiento los términos literales de la autorización y consintió en la
realización de la prueba? Si tal y cómo se informó a este grupo por parte del
concejal de deportes había 200 voluntarios ¿cómo pudieron perderse los
corredores? ¿Cómo no vieron a los presuntos culpables de las supuestas
agresiones? ¿Cómo en pleno siglo XXI estos desmanes institucionales pueden
seguir ocurriendo?
Amable Ferrero Romo
Portavoz de IU
